domingo, 1 de julio de 2007

¿Qué significa el honor para el Cid?

Los valores son las emociones y sentimientos que influyen en la formación y búsqueda de la identidad propia de todas las personas, que comienza a desarrollarse desde la niñez. El valor es una propiedad del hombre, el cual lo ayuda a perfeccionarse, de tal manera que lo hace más humano, con mayor calidad como persona, y le permite realizarse de alguna manera. Todos los valores se refieren a las necesidades o aspiraciones humanas.
Este libro trata de las hazañas de un caballero cristiano, llamado el Cid Campeador. Tiene las máximas virtudes; es fuerte, leal, justo, valiente, inteligente, religioso y por sobre todo es un personaje que le tiene mucho amor a su familia y es un gran luchador. Era conocido como Cidi o Mío Cid, expresión de admiración. Es hijo de Diego Laínez, noble caballero, y de Teresa Álvarez.
Uno de los valores más importantes que le dio su padre fue la búsqueda de su honor. Él siempre estaba en constante lucha por el honor de su sangre, y por el de Castilla. A medida que fue creciendo se dio cuenta que el honor y su dignidad era antes que el amor a su mujer. En esta cita, “El honor tiene razones que el corazón no entiende, lo que no impide que el corazón hable y se queje” (Pág. 80, 1977, Vicente Huidobro), encuentro que deja muy claro que para el Cid, era muy importante mantener el honor, ya que era capaz de matar al padre de Jimena, su amada, porque había pasado a llevar el honor de su familia.

Otro de los valores del Cid era la fidelidad o lealtad al rey, ya que el Cid siempre fue honrado y comprometido con el rey. Estuvo a su servicio y lo admiraba. Le ofrecía sus riquezas, y las tierras que él conquistaba se lo daba al rey, no se las dejaba para él. Aunque el Cid a veces no estuviera de acuerdo con algunos actos del rey, él igual los respetaba, para ser leal a él. La prioridad del Cid era el rey, él siempre lo privilegiaba.
En la trayectoria de su vida, el Cid fue apoyado por muchas personas que le entregaron valores para crecer y convertirse en héroe. Una de ellas fue Jimena, su esposa, quien siempre apoyaba en todo a su marido, porque lo admiraba y se sentía muy orgullosa de él. También, un gran ejército compuesto por amigos, primos, ayudantes y seguidores, como Álvar Fáñez Minaya, Martín Antolínez y Pedro Bermúdez, quienes eran fieles vasallos, que deciden ayudar al Cid a combatir junto a él en las batallas y enriquecerse.
El Cid, día a día, se iba haciendo más conocido, siendo más admirado y convirtiéndose en hombre, y el hombre en héroe, ya que se ha dado por entero por su ideal y por el beneficio de su pueblo: Castilla. Era un héroe nacional por excelencia. En la cita, “Rodrigo acaba de cumplir los diez y siete años. Su fama se ha extendido ya por toda Castilla y aún en tierras de moros se susurra que anda entre cristianos un muchachote extraordinario” (Pág. 47, 1977, Vicente Huidobro), nos podemos dar cuenta que Rodrigo ya tiene mucha fama, que es admirado y querido por todos.
Rodrigo es un ídolo para la sociedad, un gran ganador para todos, como dice en esta cita; “Es el hombre del triunfo. No se sabe por qué, pero ante el hecho no queda más que inclinarse. (…) Mirad al Cid en las batallas; es más que genio y que talento. Es el hombre eléctrico” (Págs. 149 y 150, 1977, Vicente Huidobro), nos podemos dar cuenta que la sociedad creía que el Cid era un hombre perfecto, que nunca se equivocaba, exitoso, de grandes triunfos, y así lo demostró siempre el Cid, ya que nunca los defraudó.
El Cid hizo muchas cosas por los cristianos. Sus ideales eran recuperar territorios moros, ganar batallas, ser reconocido, difundir su religión, defender y buscar su honor. También cumple un papel decisivo a la muerte del rey Fernando VI, quien deja dividido su reino entre sus hijos. Es por esto, que Rodrigo combatió contra los moros, porque éstos se querían tomar los territorios cristianos, por lo que defendió a su pueblo y al Castillo, superó muchas batallas, saliendo siempre con la victoria.
El Cid fue desterrado de Castilla, por la ira y la envidia del rey. Antes de irse de Castilla, el Cid les agradece a sus vasallos, y los mejores acompañantes fueron con él en esta complicada situación. Les dice que no los defraudará, que confíen en él, porque van a volver a Castilla con muchas riquezas, y van a haber conquistado territorios moros. Luego, el Cid fue capaz de recuperar la confianza del rey haciendo hasta lo imposible.
Años después, la fama del Cid se había extendido impresionantemente, al contrario del reinado del rey. El Cid se hizo señor de algunos reinos moros, se convirtió en el señor de Valencia, era amo de una gran ciudad y de un vasto y rico reino, adorado de los suyos. Había nombrado obispos, fundado catedrales, cambiado gobernadores, reintegrado la religión cristiana. Entre las mayores hazañas del héroe, está la toma de Valencia, el reino más rico de España.
A los cincuenta y nueve años de edad, el Cid muere debido a una enfermedad. Toda la sociedad sintió mucha angustia, pensaban que era el fin de España, ya que las tropas del Cid fueron derrotadas, porque estaban sin el Campeador a la cabeza, sin la “corriente eléctrica”. Con esto, nos pudimos dar cuenta que el Cid era muy importante para la sociedad, era el aliento que hacía a su tropa ser indomables, era la razón de vivir para Jimena. “Durante largos años el Cid fue España, España fue el Cid. Durante largos años el Cid se absorbe toda la nación, toda la raza. Su savia, sus esperanzas, sus pensamientos, sus latidos, su sangre, su historia, su leyenda, sus himnos van a desembocar en el Campeador” (Pág. 357, 1977, Vicente Huidobro).
Como conclusión, puedo decir que el Cid era un joven que a lo largo de su vida se fue convirtiendo en un héroe, alguien que hizo muchas cosas por su pueblo, por su gente y por su honor. Tenía muchas virtudes, lo cual le hacía ser admirado y reconocido por todos. Siempre sus valores los tuvo muy presentes, fue leal, justo y sobre todo, su honor estuvo por encima de todas las cosas. Se demostró fiel, perseverante y luchador por sus ideales. Habla de las hazañas del Mío Cid, de sus logros, del camino hacia ser un héroe, un ídolo. Esto se demostró, ya que con su muerte ni él mismo podía imaginarse la trascendencia de su vida. Todos los juglares contarían su vida y sus hazañas, como poemas, crónicas y cantares de Gesta. Me impresionó pensar cómo podían arriesgar su vida para conseguir riquezas y buscar el honor.

Bibliografía:
- Libro Mío Cid Campeador Hazaña. Vicente Huidobro. Editorial Andrés Bello. Sexta edición Octubre 1977.
- http://www.aceros-de-hispania.com/El-Cid-Campeador.htm
- http://aula.elmundo.es/aula/noticia.php/2000/10/02/aula970247837.html


Josefina Lagos García

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