Un gran héroe: Mio Cid Campeador

Héroe es todo hombre que lleva a cabo una acción heroica. En la mitología antigua, el hijo de un dios o de una diosa y de una persona humana, era considerado un héroe, ya que era menos que un dios y más que un hombre. Una persona normalmente se convierte en héroe al realizar una hazaña extraordinaria y digna de elogio. Podríamos considerar como hazaña tradicional exterminar monstruos o salvar gente de una muerte segura poniendo en riesgo, muchas veces, su propia vida, sin embargo Rodrigo Díaz de Vivar fue un héroe porque defendió siempre su patria (España), contra los moros, provenientes del norte de África, que durante varios siglos ocuparon territorios españoles.
En su libro, Vicente Huidobro nos presenta al Cid como un hombre importante, leal, fuerte, justo, valiente, un gran guerrero culto e inteligente. Nos demuestra que desde antes de su concepción se presentía que Rodrigo Díaz de Vivar iba a ser un héroe defensor de su patria.
Desde muy joven Rodrigo fue considerado entre sus amigos un campeón, ya que ganaba competencias tan simples como quien saltaba más lejos. Rodrigo era quien lideraba el grupo debido a que les inspiraba confianza y lealtad. Estos mismos amigos fueron quienes le hicieron compañía, unos años más tarde, en sus batallas contra moros y conquistas de territorios.
Al ir creciendo, Rodrigo logró tener una gran destreza física. Esto se demostró cuando se enfrentó a un toro y lo venció. Se dice que fue él quien creó, al ser el primero en enfrentarse a este gran y feroz animal, las corridas de toro en España.
Otra situación que marca al Cid como un héroe es la recuperación de la dignidad de Diego Laínez, su padre, quien la perdió al ser abofeteado frente al rey por el conde Lozano. Para recuperar la dignidad de su progenitor, Rodrigo debía matar al ofensor. Sin embargo, este hombre era como un padre para Jimena, a quien Rodrigo amaba, por lo que para él la decisión de matar al conde se tornó más difícil. El Cid debía escoger entre su amada y su padre. Rodrigo finalmente enfrenta justamente a Lozano, logra salir victorioso y recupera la dignidad de su padre.
El Cid comenzó, unos años más tarde, a enfrentar a los moros y defender las tierras del reino de Castilla. Al frente de sus propios guerreros y de forma autónoma respecto de la autoridad de rey alguno, el Cid llegó a dominar un extenso territorio. Esto se debió en gran parte a que Ruy Díaz de Vivar, al ser considerado un líder, tenía muchos seguidores que lo acompañaban en cualquier batalla. Seguidores fuertes, leales y deseosos de pelear conformaban su ejército vencedor.
Además, el Cid contaba con Babieca, su caballo, y Tizona, su espada (posteriormente sustituida por La Colada). Se dice que Rodrigo, Babieca y Tizona formaban el trío perfecto para la batalla.
Ruy Díaz de Vivar era un hombre muy justo. Cada vez que él y sus vasallos obtenían riquezas al ganar una batalla, Rodrigo repartía el botín en forma justa y equitativa entre todos sus fieles seguidores. En otras ocasiones, el Cid tuvo que enfrentarse a algún otro caballero. Rodrigo demostraba su justicia al preocuparse de que su rival le igualara en armas.
Por sus grandes logros, Rodrigo llegó a tener importantes puestos cercanos a la corona, puestos de confianza en los que el Cid tenía gran influencia sobre decisiones del rey y las estrategias de batalla. Tanto era así, que Jimena sentía que no estaba casada, ya que Rodrigo no pasaba tiempo en su casa con ella, sino que estaba siempre fuera conquistando tierras y luchando contra los moros. Jimena sentía que para su marido, era más importante España que ella y sus hijas. Por otro lado, gracias a que el pueblo natal de Ruy era Vivar, este pequeño y un tanto desconocido pueblo comenzó tomar cierta importancia, por lo que los residentes del pequeño pueblo apoyaban a Rodrigo en todas las batallas a las que asistía. Incluso lo siguieron en su destierro de las tierras de su rey, porque para ellos El Cid Ruy Díaz de Vivar era su libertador y líder.
Si comparamos un héroe del siglo XI, época en la que vivió Rodrigo, con un héroe de nuestros tiempos, nos daremos cuenta de la gran diferencia que existe entre ambos. Un héroe de los tiempos de Ruy Díaz de Vivar era un personaje que buscaba el bien de su nación, un guerrero estratega que conquistaba grandes territorios y salvaba la vida de las personas poniendo en riesgo la propia. Actualmente son pocos los héroes que podemos encontrar. Al vivir en una sociedad regida por la tecnología, nuestra vida no es igual a la de ese entonces, vivimos en una vorágine de sucesos y actividades en que nos preocupamos solo por nosotros y no por nuestros semejantes. Además, nuestra sociedad ha perdido la capacidad de asombro, por lo que para nosotros las cosas que hubiesen sido situaciones injustificadas en la época del Cid, se han convertido en situaciones cotidianas, normales y justificadas. Al no haber situaciones habituales que requieran un héroe, en nuestros tiempos estos ya casi no existen. Si llegásemos a encontrar un héroe del siglo XXI, éste lo sería por realizar una sola hazaña, un solo suceso, un hecho puntual presentado de forma repentina, en cambio cuando Rodrigo Díaz de Vivar y todos los héroes de su época fueron reconocidos como tales, estos ya habían llevado más de una hazaña heroica.
También podemos comparar a Rodrigo Díaz de Vivar con otro tipo de héroe, un héroe de películas y de historietas. Una gran diferencia entre El Cid Campeador y estos superhéroes, es que éstos últimos, además de ser prácticamente indestructibles e inmortales, poseen poderes sobrehumanos, habilidades como volar, velocidad supersónica, vista biónica o lanzar bolas de fuego, entre otras. Sin embargo, la diferencia más grande entre estos héroes de acción y El Cid Ruy Díaz de Vivar, es que éste último héroe si vivió realmente entre nosotros, fue un hombre que, a pesar de ser de carne y hueso, logró ser un gran héroe líder de su pueblo y de su patria, logró ser inmortal en la historia de España.
Rodrigo fue un héroe toda su vida. Hasta que murió lucho contra los moros y conquistó muchos territorios para España. Su existencia fue dedicada a su patria y a sus reyes. Sin duda Rodrigo es un gran héroe español. Actualmente, el Cid Ruy Díaz de Vivar se encuentra inmortalizado gracias a una gran estatua de bronce hecha en su honor en 1955 en la ciudad de Burgos, España. Desde 1921, sus restos reposan junto a los de su esposa doña Jimena en un emplazamiento privilegiado de la catedral de Burgos, España.
Finalmente, me gustaría mencionar que, según mi opinión personal, si Rodrigo Díaz de Vivar no hubiera existido, la historia de España no sería la misma, pero lo más probable es que habría existido otro héroe con las mismas inquietudes de El Cid, alguien que también habría sido aclamado por su pueblo, alguien que también habría luchado contra los moros para defender su patria. Para mí El Cid Rodrigo Díaz de Vivar fue un gran héroe de España, un héroe cuyas hazañas recordamos hasta el día de hoy.

M º Ignacia Fernández.
II º C.