jueves, 28 de junio de 2007

“MÍO CID: ¿POESÍA Y SENTIMIENTOS?”

Nombre: Magdalena Cristi Feliú

Curso: II º C

Tema: El Poder de la palabra poética en la narración del “Mío Cid, hazaña”


Para llevar a cabo este ensayo, en primer lugar se expondrán el argumento de la obra y las preguntas que guiarán el desarrollo de este mismo. Posteriormente se desarrollarán tres ideas, de las cuales la principal es la conexión personaje-receptor que se genera a partir de la emotividad del lenguaje poético. Luego se tratará la paradoja del Cid, figura heroica, casi de semidiós versus el ser humano que siente y piensa como cualquier otro, ejemplificando esto con distintas situaciones del libro. Por último se planteará la idea de las emociones como principales causantes del actuar humano, por ende, la importancia de que en el libro no sólo se muestren acontecimientos sino también estos otros aspectos. Para finalizar se retomarán y sintetizarán todos los elementos tratados anteriormente para responder a las interrogantes previamente establecidas.

El libro “Mío Cid Campeador hazaña” es “un pretexto para acumular poesía”[1], según las palabras del mismo Huidobro. Es una novela escrita por un poeta y está completamente cargada de poesía. La obra se “viste” de poesía siendo realmente una novela. Contiene una gran cantidad de recursos literarios, pero, ¿cuál es el efecto que estos logran? ¿Por qué se hace tan importante la utilización de estos a lo largo de la narración? Estos son los planteamientos iniciales para este ensayo, a los cuales se les intentará dar una respuesta a lo largo del mismo.

”Poesía es todo lo que se mueve. El resto es prosa”.

Nicanor Parra.

Como se dice en la frase anterior, la poesía es dinámica, lo que le da un mayor atractivo a lo que se quiere transmitir. Esto porque la poesía se caracteriza por comunicar el ambiente del poeta, tanto interior como exterior, de una forma bella, evocando sentimientos en el receptor. Si bien, la poesía puede encerrar un hálito de incomprensión o lejanía, sobretodo la antigua, también lleva consigo la magia del encantamiento de la vida”[2]. Este es el caso especial del “Mío Cid Campeador hazaña”; si el receptor está dispuesto a sentir más que a entender, se genera una conexión con los personajes mismos, distinto a lo usual en que, a medida que avanza la historia, uno va formando una imagen mental sobre los acontecimientos. Huidobro, en cambio, con su estilo personal, busca una serie de sentimientos que se relacionen con los que está viviendo el personaje, esto le da a la obra una gracia especial, ya que como se dijo en la cita anterior, la palabra poética presente “lleva consigo la magia del encantamiento de la vida”. Esto es porque la vida sin sentimientos ni emociones no puede serlo, ambos son parte del ser humano, por lo que son inevitablemente parte de ella también. El entendimiento de la historia en sí vendrá después, lo esencial está en que el receptor tenga una reacción que se parezca a la del personaje, para que de esta forma vea, o mejor dicho, viva la historia desde un diferente punto de vista, desde el interior del personaje. Por esto mismo la lectura del libro se hace menos complicada, pues la historia misma se va forjando a partir de los sentimientos provocados, por ejemplo, el hecho de si ganaron o perdieron la batalla pasa a ser un elemento secundario, porque lo que realmente queda es cuál fue el sentimiento que se provocó en el momento. También es importante mencionar que la utilización de la palabra poética no sólo da movimiento a lo que se transmite, sino también fuerza. Los diferentes recursos literarios intensifican las situaciones, tanto para bien como para mal, por lo que las emociones serán más fuertes, y todo tendrá un trasfondo. A través de este estilo, Huidobro logra también transformar de una manera increíble todas las actividades bélicas. Lo que para mucha gente sería desagradable leer, por lo crueles o sanguinarios que pueden llegar a ser algunos hechos, pasa completamente desapercibido, pues al hablar de las diferentes guerras y las muertes de los hombres en batalla, entre otros, lo hace de tal manera que esto no se traduce en algo desagradable, por lo que el problema no está entonces en qué se dice, sino en cómo se dice.

Cabe destacar que con este estilo de escritura se muestra una imagen más humana del Cid, este héroe español, ideal de caballero cristiano, inasequible para muchos, ama, siente, piensa, como cualquier otro hombre. A lo largo del libro, Huidobro va desarrollando los propios pensamientos, sentimientos y emociones del Cid, haciendo partícipe al lector de lo que realmente es una característica esencial en los humanos. Aunque la mayoría de las veces Huidobro lo muestre como un hombre que no vacila, seguro de sus decisiones, siguiendo a toda costa su destino de unificar a España, capaz de ganar con su tropa de cien personas a un ejército de mil (lo que lo dejaría en una categoría de “semidiós”), de todas formas, al detenerse, sus pensamientos vuelven siempre a su amor por España y Jimena. Por ejemplo, al inicio de la obra, cuando Rodrigo acababa de matar al conde Lozano y decide ir a la guerra para ver si puede olvidarse de ella, aún así no deja de recordarla en todo momento. Otra actitud que ejemplifica esto es el hecho de que el Cid, cuando está con Jimena, es más fuerte: al sentir su apoyo y amor incondicional puede contra todo. En cambio, cuando está alejado de ella se desconcentra fácilmente y, aunque gane la batalla por el hecho de que es un muy buen estratega y combatiente, sus ojos están tristes porque lo que su corazón realmente desea es volver a la patria y estar con Jimena, ¿qué más humano que el deseo de querer y sentirse querido? Otro ejemplo podría ser el hecho de que él, vasallo siempre fiel a su rey, se cansa de que éste se ciegue a sí mismo y escuche a los que tantas veces ya lo han traicionado, sólo por miedo a que él se alce por sobre el trono, por lo que después de mucho, deja de intentar ganarse el favor de Alfonso VI, al comprender que éste prefiere rodearse de la gente aduladora de su corte. Pese a lo que el mismo Huidobro nos quiere transmitir al referirse a él como la caracterización y exaltación de España, la poesía, la leyenda, el hombre de la victoria o más bien, el hombre eléctrico, realmente al dejar entrever sus emociones y sentimientos (sus rasgos vulnerables) humaniza aún más esta figura.

“La poesía es la fundación del ser por la palabra. Poéticamente hace el hombre su habitación en la tierra”.

Martin Heidegger.

Esta frase apunta hacia donde se quiere llegar. La palabra poética, presente en este libro, muestra de una forma mucho más completa a todos los personajes. Como se dijo anteriormente, los seres humanos no son sólo una lista de características (simpático, alegre, risueño, gruñón, posesivo, agresivo, y otros), sino también una serie de diversos pensamientos y emociones, con los que de una u otra manera, se justifican las acciones de los mismos, al saber qué fue lo que los movió a actuar así.

Por lo tanto, la palabra poética en el libro “Mío Cid hazaña”, brinda un estilo especial al libro, le otorga cierta gracia, fuerza y sensibilidad. A través de esta se humaniza a este titán, se le da un enfoque completamente diferente a esta gran leyenda. Pero, por sobre todo, su importancia radica en la capacidad de este estilo de evocar en el receptor una serie de sentimientos, para así vivir la historia desde el mismo personaje, logrando de esta manera, un trasfondo para este.

“Que el verso sea como una llave

Que abra mil puertas.

Una hoja cae; algo pasa volando;

Cuanto miren los ojos creado sea,

Y el alma del oyente quede temblando

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;

El adjetivo, cuando no da vida, mata.

Estamos en el ciclo de los nervios.

El músculo cuelga,

Como recuerdo, en los museos;

Mas no por eso tenemos menos fuerza;

El vigor verdadero

Reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa ¡oh Poetas!

Hacedla florecer en el poema;

Sólo para nosotros

Viven todas las cosas bajo el Sol.

El poeta es un pequeño Dios”.

Vicente Huidobro.



[1] Pág. 9. “Mío Cid Campeador Hazaña” Editorial Andrés Bello, 1975

[2] http://www.foropoemas.com/index.php/topic,1706.msg16527.html

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