jueves, 28 de junio de 2007

El héroe, un elegido de su tiempo

El héroe es una persona que representa todos los valores de una época. Su vocación es desafiar la muerte y el dolor para vivir plenamente y alcanzar la gloria, siendo recordado en la memoria de los hombres a través del tiempo. Es el impacto que tiene en la época en que fue escrito y en lo profundo del ser humano, lo que lo lleva a trascender su circunstancia literaria, histórica, política y religiosa, constituyéndose en un modelo a seguir y en un referente sin importar la época, la cultura, la religión, ni la condición social, sexo o raza de sus seguidores, ya que al personificar todas las características de una época, configura el ideal de persona de cada tiempo histórico.
La imagen de héroe con el tiempo ha ido cambiando. Si nos remontamos a la antigüedad, las epopeyas narraban de manera grandiosa los sucesos que enfrentaban los héroes, que eran hijos de dioses y mortales, por lo que tenían características y fortalezas divinas que los ponían en una categoría sobrehumana: “Zeus replicó: -¿Cómo olvidar al divino Ulises, superior a todos por la inteligencia y por sus sacrificios a los inmortales?”
[1]. Como todo héroe debía enfrentar su destino, el que estaba controlado por los dioses, para así quedar en la memoria de todos los hombres: “La diosa Atenea le contestó:- Padre nuestro, hijo de Cronos, si los dioses acuerdan que Ulises debe retornar a su hogar, mandemos a Hermes para informar a la ninfa de nuestra decisión: ¡la vuelta de Ulises!”.[2]
El héroe de la Edad Media, en cambio, es un caballero virtuoso, fiel al rey y a su país, creyente y valiente, un salvador que dedica su vida a reconquistar el territorio cristiano y español que estaba en manos de los moros. Es un hombre que idealiza la figura femenina, que es su inspiradora en la batalla, a la cual admira, venera y da sentido a su vida.
En la época medieval se escribe el primer cantar de gesta, “Cantar del Mío Cid” que recoge lo que los juglares narraban, transmitiendo todos los ideales y valores de la época, obra que ha llegado a tener tanta importancia que constituye un clásico de la literatura hispana y hasta hoy se sigue conservando y leyendo. Es tan grande la influencia, que otros autores se han inspirado en esta obra para escribir otros libros, como es el caso de Vicente Huidobro y su obra “Mío Cid Campeador”. En ella el autor, excusándose de ser pariente del Cid, modifica la historia original, creando un interesante relato en el que se presenta un clásico ejemplo de héroe medieval, Don Rodrigo Díaz de Vivar, un hombre que encarna todos los valores de su época. Desde muy joven, el Cid campeador lucha por reconquistar territorios pertenecientes a España, unos territorios cristianos gobernados por los moros después de la invasión árabe: “¡Toda su raza y la historia de su raza están en él!”
[3]. Es un hombre que ejemplifica todas las virtudes de cualquier caballero medieval, como la hombría, lealtad, cortesía y ser cristiano. También todas las de cualquier español, como amor a la familia, respeto y admiración a por la mujer, fidelidad al rey, incluso si es injusto con él, y generosidad. Ruy Díaz de Vivar no es considerado héroe sólo por tener todas estas características, sino también porque el destino y el universo lo eligieron héroe y eso él lo siente: “Se diría que toda la naturaleza se ha reconcentrado en él, despreocupándose de los demás. Los fluidos de las plantas, de las hierbas, de los animales y de los pájaros, todas las savias vitales se las ha absorbido como si fuera el favorito de la creación… Con sus anchos pulmones cada vez que respirase traga la mitad del oxígeno del mundo.”[4]
Todas estas características de Ruy Díaz de Vivar causan admiración, transformándolo en un modelo a seguir, un modelo creíble, alcanzable e imitable para los idealistas que luchan por su religión, sus creencias, valores y por su país. Al encarnar el Cid campeador al héroe medieval, comienza a tener seguidores y la razón fundamental de seguirlo, es que participa la reconquista española, es decir, pelea contra los moros para recuperar los territorios de España conquistados por los árabes. Pero además, lo siguen porque es un hombre justo, que dice lo que piensa y que los representa, que influye en las personas dejando huellas en ellas, como el deseo de acompañarlo en su misión. Representa lo que los hombres españoles quieren llegar a ser y lo que ellos piensan. Además de esto es justo con sus vasallos, por lo que no los trata como inferiores y al momento de repartir el botín, da parte de sus ganancias a cada uno de ellos: “Manda el Cid a repartir su botín y que los repartidores hagan sus recibos a todo el mundo. A cada uno de los caballeros le tocan cien marcos de plata y a los peones cincuenta.”[5]
Rodrigo Díaz de Vivar se comporta con virtuosa grandeza de héroe, al no dejarse llevar por los ataques del mundo exterior, ni actúa con rebeldía ante el rey ya que en vez de tramar una venganza debido a su destierro por falsos rumores que lo acusan de traidor, trata de ganarse de nuevo la confianza del rey, recuperando territorios perdidos en tiempos anteriores por España y demostrando su inocencia.
El Cid Campeador es un hombre que desafía la muerte y el dolor, que enfrenta el destino reconquistando tierras perdidas, para así, alcanzar la gloria y permanecer en la memoria de todos los españoles y cristianos.
La idea de héroe medieval ha evolucionado en el tiempo y ha ido cambiando con el hombre. Hoy en día el hombre está en crisis y pareciera que el concepto de héroe también lo está. Escasean héroes en la literatura contemporánea como un reflejo de una sociedad en que el concepto de héroe pierde influencia y pareciera estar en retirada. Sin embargo su existencia sigue siendo una necesidad del ser humano y es posible encontrar testimonios de vidas heroicas en la literatura. Nos referimos a un tipo de héroe menos evidente, pero verdadero. La gente sabe que existe, pero no los ve con facilidad y les cuesta más seguirlos en una cultura en la cual los ideales están en crisis. Este héroe es el que pone en riesgo todos los días su vida, que desafía la muerte y que intenta vivir todos los valores humanos que hoy en día parecieran estar amenazados, como la generosidad y la solidaridad. Es el que lucha por sus valores y sus creencias dentro de una sociedad carente de ellos, inundada de anti-valores que seducen y arrastran a la gente de una manera engañosa. En el libro de Edgard Le Joli, “Madre Teresa, lo hacemos por Jesús”, se muestra como la religiosa crea un encuentro entre la India y el mundo contemporáneo a través de un lenguaje de caridad rompiendo las barreras entre distintas religiones. Se muestra una persona que dedica su vida a la atención de los más pobres entre los pobres, una misionera que vive para amar: “La Madre Teresa ofreció ocuparse de los sin hogar, de aquellos que vivían en las calles”
[6].
Ella es capaz de darse cuenta de que hoy cada persona tiene un compromiso social, y se atreve a cambiar esta realidad que estamos viviendo. Es una mujer valiente y decidida a enfrentar estos retos del mundo contemporáneo frente a la desigualdad social.
Es un ejemplo a seguir sobre lo que cada uno puede hacer en el mundo aportando con un poco de justicia y amor.
Se puede decir que esta santa es una heroína de los tiempos modernos, ya que defiende los valores que están en crisis en esta época, tales como la sencillez, la humildad y el servicio. Otra característica común a los héroes, es el designio divino que recae sobre ella: “Como Cristo fue enviado por el Padre, Él nos envía a nosotras, llenas de su Espíritu, para predicar su evangelio de amor y misericordia a los más pobres de entre los pobres en todo el mundo.”
[7]
El testimonio literario de la vida de esta mujer y su misión la hacen trascender la historia: “nuestra misión, en concreto, consiste en trabajar por la salvación y santificación de los más pobres de los pobres”[8], por eso se sigue recordando y sus proyectos continúan, es decir, siempre va a ser recordada a través del tiempo, característica fundamental de héroe.
Cada época tiene un tipo de héroe y la literatura lo recoge y representa. En la antigüedad el héroe era elegido por los dioses, en la Edad Media era elegido por la naturaleza, por el destino y por Dios, y hoy en día el héroe siente un llamado de Dios y de lo más profundo de la humanidad. No importa desde donde se haya sentido elegido, lo importante es que el mundo necesita héroes para tener una vida con más sentido, con ideales y metas por las cuales luchar. Esta es la verdadera trascendencia del héroe y es la razón por la cual mientras exista el ser humano viviendo en sociedad, existirán héroes llamados a liderarlos e inspirarlos y autores que lo reflejen en sus obras, entregándolos a la historia de la humanidad.
Bibliografía:
“Mío Cid campeador”, Vicente Huidobro, Editorial Universitaria.
“Madre Teresa, lo hacemos por Jesús”, Edgard Le Joli, Editorial Palabra.

Catalina Fuenzalida
IIºC
[1] Página 12, La Odisea, Homero, editorial Zig-Zag año 2000
[2] Página 13, La Odisea, Homero, editorial Zig-Zag año 2000
[3] Página 319, Mío Cid campeador, Vicente Huidobro, Editorial Universitaria.
[4] Página 27, Mío Cid campeador, Vicente Huidobro, Editorial Universitaria.
[5] Página 311, Mío Cid campeador, Vicente Huidobro, Editorial Universitaria.
[6] “Madre Teresa, lo hacemos por Jesús”, Edgard Le Joli, Editorial Palabra, página 66.
[7] “Madre Teresa, lo hacemos por Jesús”, Edgard Le Joli, Editorial Palabra, página 46.
[8] “Madre Teresa, lo hacemos por Jesús”, Edgard Le Joli, Editorial Palabra, página 46.

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